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La analepsis

Por César Sánchez Ruiz
La analepsis es un recurso muy usado en narrativa. Consiste en interrumpir la línea temporal de la narración para narrar hechos del pasado. La interrupción puede tener una extensión menor o mayor: desde una única frase hasta varias páginas de texto o incluso uno o varios capítulos.
Veamos un ejemplo. En el siguiente fragmento, extraído del relato Mi Cristina, de Mercé Rodoreda, el narrador, un marinero, interrumpe momentáneamente el relato de su naufragio para explicar una experiencia vivida años antes:
Leamos otro ejemplo. En esta ocasión lo tenemos en la novela Pedro Páramo, de Juan Rulfo. El narrador, que está explicando cómo se encontró en un pueblo llamado Comala, interrumpe la escena para explicar dónde había estado el día antes:
Fijémonos en que en los dos casos el autor o autora ha tenido cuidado de no desorientar al lector. Tanto en el inicio de la analepsis (el paso de la parte no subrayada a la parte subrayada) como en el retorno a la escena principal (el paso de la parte subrayada a la parte no subrayada) hay alguna palabra o expresión, o un punto y aparte, que le permite al lector entender que la narración ha pasado a referirse a otro período de tiempo. Así, en el primer ejemplo, el verbo "me acordé" deja claro que lo que se menciona tras él es algo que sucedió en el pasado, mientras que el punto y aparte posterior marca el regreso de la narración a su tiempo principal. En el segundo ejemplo, la expresión "ayer a esta misma hora" hace saltar la narración al día anterior, mientras que el "Ahora estaba aquí, en este pueblo" y el punto y aparte que lo precede la llevan de vuelta a la escena que había quedado interrumpida por la analepsis.
Es importante marcar de esta manera el inicio y el final de las analepsis para evitar que el lector se nos despiste.
Lee sobre el recurso opuesto: la prolepsis.