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Relatítulos: fitness literario (III)
o cómo escribir narraciones que consten solo de título

Por César Sánchez Ruiz

Tras haberte explicado algunos conceptos narrativos, dado a conocer cuatro afecciones literarias y hablado un poco sobre cómo trabajar una idea para una obra de ficción, me apetece variar un poco y escribir un artículo ligero y desenfadado. Voy a hablarte del más breve de los géneros narrativos: el relatítulo. Lo aprovecharé para proponerte una nueva sesión de fitness literario, para que ejercites tu músculo literario.
Los relatítulos son narraciones que constan solo de título, es decir, que empiezan y acaban en el título. Es un género de mi invención (si se puede considerar un género). A continuación tienes un ejemplo de relatítulo:
HAY MIL HADAS QUE MATAN
Como puedes ver, un relatítulo no es un título convencional: no se limita a enunciar la obra, sino que, de alguna manera, comunica ya la ficción. En este que he puesto de ejemplo, se nos está contando que hay unas hadas asesinas, y entendemos que alguien tratará de evitar que sigan matando gente.
Un relatítulo puede ser de un género u otro. El relatítulo del ejemplo anterior es de género fantástico-policiaco, si podemos llamarlo así. El siguiente relatítulo, en cambio, es uno de aventuras:
PASAJE A LA ATLÁNTIDA
Como en todas las historias de aventuras, los protagonistas viajan, y en esta historia, viajan nada menos que al continente perdido: la Atlántida.
El siguiente es uno de misterio:
EL MISTERIO DEL TREN DE LAS 24:15
¿Es un tren fantasma? Puede que todo tenga una explicación lógica: tal vez alguien haya pirateado el sistema que controla los horarios de los trenes.
El siguiente está destinado a un público infantil:
EL SECRETO DE LA PIÑATA
¡Menuda intriga! ¿Habrán encontrado los niños, tras romper la piñata, un mensaje en clave entre los juguetes y las golosinas?
El siguiente es uno de detectives; se trata, como vas a ver en seguida, de una de las aventuras del famosísimo Sherlock Holmes:
S_ERLOCK _OLMES Y EL ASUNTO DE LAS _AC_ES ROBADAS
Ya al leer el título, estarás, como su protagonista, investigando lo ocurrido.
A continuación tienes un thriller:
EL LORO QUE SABÍA DEMASIADO
Este loro sabe algo que nadie debería saber. Debe morir.
El que tienes a continuación es uno de terror:
LA VENGANZA DEL MIMO
Este hombre lleva ya varios asesinatos a sus espaldas. Acecha a sus víctimas en callejones oscuros: se acerca a ellas sin hacer ruido; cuando le ven venir con su camiseta a rayas, sus guantes blancos y su sombrero, ya es tarde. Tal vez quiera vengarse de todos los que se reían de él cuando era niño, o, quizás, de todos lo que no se reían de él ya de adulto, cuando trataba de ganarse la vida trabajando de mimo. En cualquier caso, el hombre tiene un trauma.
Bien. Te propongo ahora que escribas algunos relatítulos. Voy a explicarte algunas técnicas que puedes usar, y así te resultará más fácil:
En primer lugar, puedes escribir un relatítulo variando el título de una obra de ficción ya existente:
Por ejemplo, podemos tomar el conocido título «La espía que me amó» y obtener un relatítulo cambiando únicamente un par de letras de una de las palabras:
LA ARPÍA QUE ME AMÓ
En lugar de cambiar solo algunas letras, podemos cambiar toda una parte del título. Por ejemplo, podemos tomar un título conocido como es «Un cadáver en la biblioteca» y cambiarle las dos últimas palabras:
UN CADÁVER EN EL TENDEDERO
También podemos idear un título que empiece por "LA AVENTURA DE...", "EL CASO DE...", "EL HOMBRE / LA MUJER...", que es como, a menudo, empiezan los títulos de las obras de ficción:
Por ejemplo, podemos partir de un inicio tan habitual como es "VIAJE A..." y escribir el siguiente relatítulo:
VIAJE AL CENTRO DEL COMEDOR
Podemos, incluso, complementarlo con alguno de los adjetivos que con frecuencia acompañan al sustantivo en estos títulos: "FABULOSO", "EXTRAÑO", "INCREÍBLE"... (por ejemplo, "LAS FABULOSAS AVENTURAS DE...", "EL EXTRAÑO CASO DE...", "EL INCREÍBLE HOMBRE... / LA INCREÍBLE MUJER...", etc.).
Así, podríamos, si viésemos que nos va bien, añadir la palabra "alucinante" (por ejemplo) al relatítulo del ejemplo anterior:
VIAJE ALUCINANTE AL CENTRO DEL COMEDOR
También podemos jugar con las palabras. Por ejemplo, a partir del conocido título «Los cuatro jinetes del apocalipsis», podemos escribir el siguiente relatítulo:
LOS CUATRO JINETES DE LA POCA ELIPSIS
Tenemos aquí a cuatro personajes peculiares, por más que no sepamos muy bien quiénes son ni qué persiguen.
Otro ejemplo del estilo: a partir del título «Las mil y una noches», y tras trastear con sus palabras, podemos acabar escribiendo un relatítulo sobre soledades no buscadas:
LAS MIL NOCHES CON NINGUNA
Otra opción es narrar de manera gráfica, que es justo lo que he hecho en el relatítulo de Sherlock Holmes y las haches robadas. Aquí tienes otro ejemplo de texto de este tipo:
LOS _RÍME_ES DE LA HOR_A
(Faltan por colocar la C y la N). Un psicópata secuestra a sus víctimas y les hace jugar al ahorcado: si no aciertan la frase, las ahorca. Varios cadáveres han aparecido ya en distintos puntos de la ciudad. La policía le sigue la pista.
En cualquier caso, es importante que con el relatítulo, dentro de lo posible, más que explicar, muestres. En esto consiste, en general, la narrativa: no en explicar una historia, sino en plantársela al lector delante de sus narices, para que olvide que se trata de una ficción que alguien le está contando y crea estar presenciándola él mismo. Asegúrate de emplear, como mínimo, alguna palabra de significado concreto que le permita al lector visualizar la ficción, ya sea el personaje, el escenario, la acción o todo a la vez: "hadas", "Atlántida", "tren", "piñata", "Sherlock Holmes", "loro", "mimo", etc., en vez de recurrir únicamente a palabras de significado general o abstracto.
Bueno, pues hasta aquí este artículo. Espero que te animes a escribir relatítulos.
Aquí tienes otro ejercicio de fitness literario.