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El narrador


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Por César Sánchez Ruiz



Una de las principales decisiones que deberemos tomar al comenzar a escribir un relato o novela es quién será el encargado de contar la historia. Podríamos pensar que la historia la narra la persona que ha escrito el relato o la novela, pero no es así. Leamos, y así podremos verlo claro, el inicio de Moby Dick, la famosa novela de Herman Melville:

Llamadme Ismael. Hace años, no importa cuántos exactamente, hallándome con poco o ningún dinero en el bolsillo y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que me iría a navegar un poco por ahí, para ver la parte acuática del mundo. Es un modo que tengo de ahuyentar la melancolía y arreglar la circulación.

En este caso, quien nos empieza a relatar la historia (y seguirá haciéndolo hasta el final de la novela) es Ismael, un marinero, y no el autor de la novela (Herman Melville). El autor ha escrito la novela, las palabras que leemos, pero es uno de los personajes de la historia quien nos la está contando. Si el narrador hubiera sido el propio Melville, el texto habría quedado de otra manera; por ejemplo, así:

Se llamaba Ismael. En cierto momento de su vida, no importa cuándo exactamente, se encontró con poco dinero en el bolsillo y nada en particular que le interesara en tierra, y pensó que se iría a navegar por ahí, para ver la parte acuática del mundo. Era el modo que tenía de ahuyentar la melancolía y arreglar la circulación, o eso decía él.

El narrador, en este caso, es alguien externo a la historia, es decir, no nos cuenta hechos en los que él haya participado, sino que nos la explica "desde fuera". Vemos que, como consecuencia, el texto ha pasado a estar dominado por verbos, pronombres y adjetivos en tercera persona ("se llamaba", "su", "pensó"), mientra que antes lo estaba por verbos, pronombres y adjetivos en primera ("llamadme", "pensé", "me", etc.).

En el primer caso tenemos lo que se llama un narrador interno (o decimos que la narración está en primera persona), mientras que en el segundo tenemos un narrador externo (o decimos que la narración está en tercera persona, aunque esto no es del todo exacto, ya que es posible narrar en tercera persona con un punto de vista interno; ya te remito al artículo que tienes enlazado un poco más abajo).

La elección del narrador condicionará la narración. Por ejemplo, un narrador interno sólo podrá contar aquello que sepa él, mientras que un narrador externo podría saberlo y contarlo todo de todos los personajes. Así, Ismael no podrá contar lo que pase por la cabeza del capitán, mientras que un narrador externo podría contar lo que piensa Ismael, lo que piensa el capitán, lo que piensa el cocinero, lo que piensa el grumete e, incluso, lo que piensa la ballena, si hiciese falta.

Si quieres saber más sobre las distintas perspectivas con las que que se puede narrar una historia, puedes leer este artículo en el que hablo sobre el punto de vista y este en el que explico cómo elegir el narrador más adecuado para una novela.



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